Esta semana tenemos como homenajeados a: O. Henry, D. H. Lawrence, Francisco de Quevedo y Pablo de Rokha.
A O. Henry se le conoce por su maestría en el manejo del relato breve, por los giros inesperados que llegan a tomar sus narraciones y principalmente los finales imprevistos que llegaron a popularizar la expresión: “un final a lo O. Henry”.
Un hombre de ciudad
Dos o tres cosas yo deseaba saber. No me importa del misterio. Por consiguiente, comencé a investigar.
Me llevó dos semanas averiguar qué llevan las mujeres en sus maletas. Y luego comencé a preguntar por qué un colchón se hace de dos piezas. Esta seria pregunta fue, al principio, recibida con sospechas, pues parecía una adivinanza. Por fin, se me aseguró que su construcción está destinada a aliviar la tarea de la mujer, que tiende la cama. Fui tan tonto como para insistir, rogando que me informaran por qué entonces no se hacía en dos partes iguales, pregunta cuya contestación fue evitada.
El tercer trago que pedí a la fuente del conocimiento fue que se me ilustrara acerca de un personaje llamado Hombre de la Ciudad, pues era más vago en mi mente de lo que puede ser un símbolo. Debemos tener una idea concreta de cualquier cosa, aunque ésta sea una idea imaginaria, antes de poder comprenderla. Ahora bien: poseo en mi mente una imagen de Juan del Pueblo, tan clara como un grabado en acero. Sus ojos son azul claro; viste un chaleco marrón y un saco de sarga negra. Siempre está parado al sol, masticando algo, y medio cerrado su cortaplumas y abriéndola con su pulgar. Y, si el Hombre Superior se encuentra alguna vez, les aseguro que será alto, pálido, con puños azules, postizos, apareciendo de la manga, se sentará para que le lustren los zapatos cerca del bullicio de una callejuela ventosa y habrá turquesas en algún sitio cercano a él.
Pero el lienzo de mi imaginación, cuando se trataba de pintar al Hombre de la Ciudad, estaba vacío. Yo lo imaginaba con algún destacable gesto (como la sonrisa del gato de Cheshire) y puños postizos; eso era todo. Después interrogué al respecto a un reportero de diario.
Completo:
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La obra de D. H. Lawrence se caracterizó en especial por su oposición ante lo artificial de la vida moderna que deshumaniza e industrializan la vida y el amor.
El barco de la muerte
" Construye pues el barco de la muerte ya que debes emprender el más largo viaje, el del olvido. Y muere la muerte, la larga y dolorosa muerte que yace entre el viejo y el nuevo ser, ya han caído nuestros cuerpos malheridos, ya nuestras almas rezuman por la herida de la cruel contusión, ya le oscuro e insondable océano del fin penetra por las grietas de nuestras heridas, ya está sobre nosotros la inundación. Oh, construye tu barco de la muerte, tu pequeña arca y cárgala de comida, de pequeños pasteles y de vino para la oscura travesía por el olvido. Despedazado muere el cuerpo, y el alma tímida ya pierde pie cuando sube la tenebrosa marejada, estamos muriendo, muriendo, todos morimos y nada detendrá la marejada mortal dentro nuestro y pronto inundará el mundo, el mundo exterior. Muriendo estamos, muriendo, en pedazos se mueren los cuerpos y nos abandona la fortaleza, y se agazapa nuestra lama desnuda en la negra lluvia por encima de la inundación, acurrucándose en las últimas ramas del árbol de nuestra vida. Estamos muriendo, muriendo, y entonces ahora lo único que podemos hacer es disponernos a morir y construir el barco de la muerte que lleve el alma en su largo viaje, un barquichuelo, con remos y alimentos y platillos y todos los avíos de la muerte para portar el alma en el más largo viaje. Bota ya el barquichuelo, ahora que muere el cuerpo y que departe la vida, bótalo, la frágil alma en la frágil nave del coraje, el arca de la fe con su provisión de alimentos y de pequeñas cacerolas y mudas de ropa, sobre ña negra superficie del diluvio sobre las aguas del fin, sobre la mar de la muerte, dónde aún navegamos oscuramente porque no podemos gobernarla, no tenemos puerto, no hay puerto, no hay dónde ir solo las oscuridad que se cierne cada vez más negra, más negra en el mudo y callado diluvio, oscuridad sobre oscuridad, arriba y abajo y a los lados absolutamente oscura y entonces ya no hay más dirección. Y el barquichuelo está allí, no obstante se ha ido, no se le ve porque no hay forma de verlo. ¡Se ha ido! ¡Se ha ido! Y no obstante aún está en alguna parte. ¡En ninguna parte!. (…) "
Francisco de Quevedo es uno de los poetas más importantes de la literatura española, cultivó tanto la prosa como la poesía, esta última forma un conjunto monumental de poesía amorosa, satírica, metafísica, moral y religiosa. Se le considera uno de los máximos representantes del barroco español debido a que su obra llega a ser contradictoria; escribió las páginas satíricas y burlescas más brillantes, no obstante su obra lírica intensa, así como textos morales y políticos de profundidad intelectual.
No me aflige morir, no he rehusado
No me aflige morir, no he rehusado
acabar de vivir, ni he pretendido
alargar esta muerte, que ha nacido
a un tiempo con la vida y el cuidado.
Siento haber de dejar deshabitado
cuerpo que amante espíritu ha ceñido,
desierto un corazón siempre encendido
donde todo el amor reinó hospedado.
Señas me da mi ardor de fuego eterno,
y de tan larga congojosa historia
sólo será escritor mi llanto tierno.
Lisi, estame diciendo la memoria,
que pues tu gloria la padezco infierno,
que llame al padecer tormentos gloria.
Pablo de Rokha, uno de los más importantes de la literatura chilena al lado de grandes como Neruda, Mistral y Huidobro. Dedicado a la vagancia y bohemia luego de ver frustrados sus intentos de estudiar derecho o ingeniería. Ácido crítico de Neruda a quien satiriza además de llamarlo plagiario y falso artista en sus obras: “Neruda y yo” y “Genio del pueblo”.
El viajero de sí mismo
Voy pisando cadáveres de amantes
y viejas tumbas llenas de pasado,
cubierto con cabello horripilante
del gran sepulcro universal tragado.
Acumulo mi yo exorbitante
y mi ilusión de Dios ensangrentado,
pues soy un espectáculo clamante
y un macho-santo ya desorbitado.
Mi amor te muerde como un perro de oro,
pero te exhibe en sus ancas de oro.
Wínétt, como una flor de extranjería.
Porque sin ti no hubiera descubierto
como una jarra de agua en el desierto
la mina antigua de mi poesía.
Efemérides literarias entre el 6 y el 12 de septiembre
Nacimientos
1474: Ludovico Ariosto, poeta italiano.
1524: Pierre de Ronsard, poeta francés.
1595: Juan Eusebio Nieremberg, escritor español.
1740: Nicolau Tolentino de Almeida, escritor y poeta portugués.
1778: Clemens Brentano, poeta alemán.
1795: John William Polidori, escritor británico.
1804: Eduard Mörike, poeta alemán.
1820: Giacomo Zanella, poeta italiano.
1830: Frédéric Mistral, poeta francés, premio Nobel de Literatura en 1904.
1841: Carl Snoilsky, poeta checo.
1852: Jacinto Octavio Picón, escritor, pintor, crítico de arte y periodista español.
1862: O. Henry, pseudónimo de William Sydney Porter, escritor estadounidense (m. 1910).
1866: Jeppe Aakjær, escritor danés.
1868: Mary Hunter Austin, escritora estadounidense.
1870: Antonio Paso y Cano, escritor dramático español.
1872: Vladímir Arséniev, explorador y escritor ruso.
1873: Alfred Jarry, dramaturgo y poeta francés.
1878: Adelaide Crapsey, poeta estadounidense.
1885: D. H. Lawrence, novelista y poeta británico (m. 2 de marzo de 1930).
1885: Eugenio Muñoz Diaz, conocido como Eugenio Noel; escritor español.
1886: Hilda Doolittle, poeta y novelista estadounidense.
1890: Franz Werfel, novelista, dramaturgo y poeta checo.
1900: James Hilton, escritor británico.
1900: Taylor Caldwell, escritora estadounidense.
1908: Cesare Pavese, escritor italiano.
1910: Manuel Mujica Láinez, escritor, crítico de arte, biógrafo y periodista argentino (m. 1984).
1911: Paul Goodman, escritor y activista anarquista estadounidense.
1911: Manuel Sanchís Guarner, filólogo, historiador y escritor español.
1917: Miguel Serrano, escritor y diplomático nazi chileno.
1917: Jessica Mitford, escritora británica (m. 1996).
1921: Carmen Laforet, escritora española.
1921: Stanisław Lem, escritor polaco de ciencia ficción.
1925: Andrea Camilleri, escritor y director de televisión y teatro italiano.
1925: Ángel González, poeta español. (f. 2008)
1926: Riccardo Pazzaglia, escritor italiano.
1954: Juan Manuel González, escritor y periodista español. (f. 2008)
1972: China Miéville, escritor británico.
Fallecimientos
1645: Francisco de Quevedo, escritor español.
1827: Ugo Foscolo, poeta y novelista italiano.
1876: Concepción de Estevarena, poeta española.
1898: Stéphane Mallarmé, poeta francés.
1907: Jerónimo de la Osa, escritor panameño.
1907: Sully Prudhomme, poeta francés, premio Nobel de Literatura en 1901.
1919: Leonid Andréyev, escritor ruso.
1929: Domingo Rivero, poeta español.
1950: Olaf Stapledon, escritor y filósofo británico.
1962: Isak Dinesen, seudónimo de Karen Blixen, escritora danesa.
1968: Pablo de Rokha, poeta chileno.
1976: Dalton Trumbo, escritor y guionista cinematográfico estadounidense.
1978: Leopoldo Torre Nilsson, cineasta y escritor argentino.
1981: Eugenio Montale, poeta italiano, premio Nobel de Literatura en 1975.
1985: Hugo Lindo, poeta salvadoreño.
1992: Rafael Solana, escritor mexicano.
2007: Madeliene L'Engle, escritora estadounidense.
2007: Pablo Sorozábal Serrano, traductor, escritor y compositor del himno de la CAM.
2008: Isaac Montero, escritor y guionista español (n. 1936)
2009: José Pedro Barrán, escritor e historiador uruguayo.
Mención especial
Rafael Solana Saucedo (7 de agosto de 1915, Veracruz, México - 6 de septiembre de 1992, México D.F.) fue un escritor del género dramático y narrativo representativo de varias obras modernistas y surrealistas al final del siglo XX. Estudió en la Escuela Nacional Preparatoria y en las facultades de Derecho y Filosofía y Letras (1930-1937) de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Stéphane Mallarmé (París, 18 de marzo de 1842 – ibídem, 9 de septiembre de 1898) fue un poeta y crítico francés, uno de los grandes del siglo XIX, que representa la culminación y al mismo tiempo la superación del simbolismo francés. Fue antecedente claro de las vanguardias que marcarían los primeros años del siguiente siglo.
Franz Werfel (Praga, 10 de septiembre de 1890 - Beverly Hills, 26 de agosto de 1945) fue un novelista, dramaturgo y poeta austro-checo que escribió en alemán. Se le suele englobar dentro de la corriente literaria del expresionismo.
Hilda Doolittle (10 de septiembre de 1886, Bethlehem, Pennsylvania, Estados Unidos – 27 de septiembre de 1961, Zúrich, Suiza), más conocida por sus iniciales H.D., fue una poetisa, escritora y cronista estadounidense.
Se la reconoce principalmente por su asociación con las figuras clave del avant-garde del siglo XX, especialmente el grupo de poetas imagistas, aunque sus obras posteriores muestran un claro desvío del modelo imagista hacia una versión distintivamente femenina de poesía y prosa modernista.
Cesare Pavese, nacido en Santo Stefano Belbo (Cuneo) el 9 de septiembre de 1908 y fallecido en Turín el 26 de agosto de 1950), fue un escritor italiano, uno de los más importantes del Siglo XX.
Ludovico Ariosto (Reggio Emilia, 8 de septiembre de 1474 - Ferrara, 6 de julio de 1533), poeta italiano, autor del poema épico Orlando furioso (1516). Además de su personalidad de poeta de gran renombre, escribió para la escena obras como: Arquilla, Los supuestos, El nigromante, La alcahueta y Los estudiantes entre otras.
John William Polidori (Londres, 7 de septiembre de 1795 - 24 de agosto de 1821), médico y escritor inglés de padre italiano nacionalizado inglés.
Laureados con el Premio Nobel de Literatura
Eugenio Montale (Génova, 12 de octubre de 1896 – Milán, 12 de septiembre de 1981) fue un poeta, ensayista y crítico de música italiano. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1975.
René François Armand (Sully) Prudhomme (París, Francia, 16 de marzo de 1839 - Châtenay-Malabry, Francia, 6 de septiembre de 1907) fue un poeta y ensayista francés, ganador del primer Premio Nobel de Literatura en 1901.
Frédéric Mistral (Maillane (Provenza), 8 de septiembre de 1830 - 25 de marzo de 1914) escritor francés en lengua occitana.
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